Un estudio realizado por un equipo internacional de investigadores menciona que el cerebro de las abejas, se sienten atraídas por la novedad, y presentan distintos patrones de actividad genética en las vías moleculares asociadas con la búsqueda de emociones, en los seres humanos.Cada abeja tiene un papel específico (enfermera, o recolectora, por ejemplo) para servir a su reina.
Robinson y sus colaboradores estudiaron dos comportamientos de búsqueda de novedad en las abejas melíferas: la exploración de sitios de anidación y la búsqueda de comida. Cuando una colonia de abejas deja atrás sus viviendas, la colmena se divide y el enjambre debe encontrar un nuevo hogar.
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