viernes, 29 de mayo de 2015

¿Se puede morir de miedo?

Al parecer, este insólito fenómeno sucede con mayor frecuencia de lo que cabría esperar, especialmente ante catástrofes y otras situaciones de extremo peligro. Mientras que el temor ordinario actúa sobre el sistema nervioso parasimpático, provocando una serie de reacciones fisiológicas bien conocidas, el miedo mortal afecta al simpátcio, provocando una inervación brusca del corazón, con una tetanización cardiaca irreversible. Ante un terror desmedido o una cólera muy intensa, se bloquean todas las sensaciones y, pese a ello, se percibe el peligro con una agudeza superior a la normal, teniendo lugar auténticos fenómenos de clarividencia. Se produce un cambio brusco en el nivel de conciencia habitual, que tiene intensas implicaciones fisiológicas, y que, si bien en muchos casos facilita la defensa, en otros tiene consecuencias mortales.


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